¿Para qué sirve la partición reservada de Windows? ¿Puede borrarse?
A partir de Windows 7 y Windows Server 2008 R2, Microsoft
introdujo una partición de disco especial denominada “System Reserved” que se
crea automáticamente cuando se realiza el proceso de particionado en una
instalación de Windows o que verás incluida por defecto si compras un equipo
nuevo con Windows pre-instalado.
El tamaño de esta partición reservada varía desde los 100 Mbytes en Windows 7 a los 400 Mbytes de espacio en disco que ocupa en Windows 8. Windows no asigna una letra de unidad a esta partición por lo que sólo la verás si accedes al “Administrador de discos” o con una utilidad similar, no mostrándose en otras aplicaciones como el explorador de archivos.
La partición reservada de Windows es importante y se usa principalmente para incluir el gestor de arranque y los datos de configuración del inicio de Windows. Cuando el equipo inicia, el gestor de arranque inicia y lee los datos de la Boot Configuration Data (BCD) del sistema, cargando a continuación el sistema desde la unidad donde esté instalado el sistema.
También es usada por el entorno de recuperación de Windows (WinRE) y para incluir los archivos de inicio que utiliza el sistema de cifrado BitLocker, una característica de protección de datos del sistema operativo, disponible en las versiones Ultimate, profesionales y corporativas de Windows 7/8 y que permite codificar el sistema haciendo frente a amenazas como el robo de datos o la exposición en caso de pérdida, el robo o la retirada inapropiada de equipos.
¿Puedo borrar la partición reservada de Windows?
Puedes, pero no debes, porque su eliminación directa impedirá el arranque del equipo. La única posibilidad una vez creada pasa por mover antes los datos de la partición reservada a la del sistema (generalmente C:). Ello implica tocar el registro, actualizar el almacén BCD, copiar archivos entre unidades, cambiar la partición activa y en Windows 8, habilitar el entorno de recuperación. Muy complicado para un usuario medio y para los pocos beneficios que obtienes de su eliminación.
Además, BitLocker necesita esta partición reservada para funcionar por lo que si utilizas (o piensas utilizar en el futuro) el sistema de cifrado debes mantener esta partición especial. El resto de funciones sí pueden estar alojadas en la partición del sistema aunque sólo se recomienda en casos extremos donde se necesiten recuperar esos 100 o 400 Mbytes de espacio en disco que utiliza o si necesitas instalar otros sistemas operativos y ya tienes ocupadas las cuatro particiones primarias (no es habitual) que permite el disco.
Si a pesar de sus ventajas no quieres que Windows cree esta partición cuando instalas el sistema en un equipo/disco nuevo hay un sencillo truco para lograrlo. Ello es posible particionando el disco con cualquier utilidad externa antes de instalar Windows, ocupando con una o varias particiones todo el tamaño del disco.
De esta forma, el instalador de Windows no encontrará espacio libre y no podrá crear la partición reservada, incluyendo los archivos necesarios en la partición activa donde instalará el sistema operativo (generalmente C:).
El tamaño de esta partición reservada varía desde los 100 Mbytes en Windows 7 a los 400 Mbytes de espacio en disco que ocupa en Windows 8. Windows no asigna una letra de unidad a esta partición por lo que sólo la verás si accedes al “Administrador de discos” o con una utilidad similar, no mostrándose en otras aplicaciones como el explorador de archivos.
La partición reservada de Windows es importante y se usa principalmente para incluir el gestor de arranque y los datos de configuración del inicio de Windows. Cuando el equipo inicia, el gestor de arranque inicia y lee los datos de la Boot Configuration Data (BCD) del sistema, cargando a continuación el sistema desde la unidad donde esté instalado el sistema.
También es usada por el entorno de recuperación de Windows (WinRE) y para incluir los archivos de inicio que utiliza el sistema de cifrado BitLocker, una característica de protección de datos del sistema operativo, disponible en las versiones Ultimate, profesionales y corporativas de Windows 7/8 y que permite codificar el sistema haciendo frente a amenazas como el robo de datos o la exposición en caso de pérdida, el robo o la retirada inapropiada de equipos.
¿Puedo borrar la partición reservada de Windows?
Puedes, pero no debes, porque su eliminación directa impedirá el arranque del equipo. La única posibilidad una vez creada pasa por mover antes los datos de la partición reservada a la del sistema (generalmente C:). Ello implica tocar el registro, actualizar el almacén BCD, copiar archivos entre unidades, cambiar la partición activa y en Windows 8, habilitar el entorno de recuperación. Muy complicado para un usuario medio y para los pocos beneficios que obtienes de su eliminación.
Además, BitLocker necesita esta partición reservada para funcionar por lo que si utilizas (o piensas utilizar en el futuro) el sistema de cifrado debes mantener esta partición especial. El resto de funciones sí pueden estar alojadas en la partición del sistema aunque sólo se recomienda en casos extremos donde se necesiten recuperar esos 100 o 400 Mbytes de espacio en disco que utiliza o si necesitas instalar otros sistemas operativos y ya tienes ocupadas las cuatro particiones primarias (no es habitual) que permite el disco.
Si a pesar de sus ventajas no quieres que Windows cree esta partición cuando instalas el sistema en un equipo/disco nuevo hay un sencillo truco para lograrlo. Ello es posible particionando el disco con cualquier utilidad externa antes de instalar Windows, ocupando con una o varias particiones todo el tamaño del disco.
De esta forma, el instalador de Windows no encontrará espacio libre y no podrá crear la partición reservada, incluyendo los archivos necesarios en la partición activa donde instalará el sistema operativo (generalmente C:).
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