HACKER no es un cyber delincuente
DEFINICIÓN DE
HACKER.- Persona que disfruta con la exploración de los detalles de los
sistemas programables y cómo aprovechar sus posibilidades.
Hacker, originalmente, término utilizado para referirse a un aficionado a los ordenadores o computadoras, totalmente cautivado por la programación y la tecnología informática. En la década de 1980, con la llegada de las computadoras personales, y posteriormente con la posibilidad de conexión a los grandes sistemas de ordenadores a través de Internet, este término adquirió una connotación peyorativa y comenzó a usarse para denominar a quien se conecta a una red para invadir en secreto computadoras, y consultar, alterar o eliminar los programas o los datos almacenados en las mismas, aunque a eso es a lo que dedican su atención los denominados crackers. También se utiliza para referirse a alguien que, además de programar, disfruta desensamblando sistemas operativos y programas para entender su lógica de funcionamiento, para lo que utiliza programas que desensamblan el código y realizan operaciones de ingeniería inversa.
¿Qué es un cracker?
Muy al contrario de los hackers, los crackers son lo opuesto a los primeros: sujetos con conocimientos (no siempre altos) de redes e informática que persiguen objetivos ilegales, como el robo de contraseñas, destrozar la seguridad de una red doméstica o esparcir un virus informático a un gran número de computadoras.
Los crackers pueden hacer todo su trabajo buscando tanto recompensas económicas (sustracción de dinero de tarjetas de crédito, estafas online...) como el placer de creerse superiores al resto de la humanidad, o incluso por morbo; un ejemplo sería infestar con un virus los ordenadores de una universidad determinada.
El error de conceptos en la opinión pública
Varios escándalos mundiales en los años 80 y 90 provocaron una inmerecida opinión pública entorno a la cultura hacker: cada vez que se detenía a algún cracker que había infestado miles de ordenadores personales o accedido a documentos gubernamentales "top-secret", los medios de comunicación se referían a ellos como hackers, y no como "crackers", que es en realidad lo que eran y siguen siendo.
En nuestras manos está la oportunidad de hacer cambiar este gran detalle, y podemos empezar utilizando correctamente cada término al describir una persona que ha cometido un claro delito, a por el contrario, otra que simplemente utiliza sus conocimientos para ayudar a los demás y saciar su inofensiva curiosidad.
Hacker, originalmente, término utilizado para referirse a un aficionado a los ordenadores o computadoras, totalmente cautivado por la programación y la tecnología informática. En la década de 1980, con la llegada de las computadoras personales, y posteriormente con la posibilidad de conexión a los grandes sistemas de ordenadores a través de Internet, este término adquirió una connotación peyorativa y comenzó a usarse para denominar a quien se conecta a una red para invadir en secreto computadoras, y consultar, alterar o eliminar los programas o los datos almacenados en las mismas, aunque a eso es a lo que dedican su atención los denominados crackers. También se utiliza para referirse a alguien que, además de programar, disfruta desensamblando sistemas operativos y programas para entender su lógica de funcionamiento, para lo que utiliza programas que desensamblan el código y realizan operaciones de ingeniería inversa.
¿Qué es un cracker?
Muy al contrario de los hackers, los crackers son lo opuesto a los primeros: sujetos con conocimientos (no siempre altos) de redes e informática que persiguen objetivos ilegales, como el robo de contraseñas, destrozar la seguridad de una red doméstica o esparcir un virus informático a un gran número de computadoras.
Los crackers pueden hacer todo su trabajo buscando tanto recompensas económicas (sustracción de dinero de tarjetas de crédito, estafas online...) como el placer de creerse superiores al resto de la humanidad, o incluso por morbo; un ejemplo sería infestar con un virus los ordenadores de una universidad determinada.
El error de conceptos en la opinión pública
Varios escándalos mundiales en los años 80 y 90 provocaron una inmerecida opinión pública entorno a la cultura hacker: cada vez que se detenía a algún cracker que había infestado miles de ordenadores personales o accedido a documentos gubernamentales "top-secret", los medios de comunicación se referían a ellos como hackers, y no como "crackers", que es en realidad lo que eran y siguen siendo.
En nuestras manos está la oportunidad de hacer cambiar este gran detalle, y podemos empezar utilizando correctamente cada término al describir una persona que ha cometido un claro delito, a por el contrario, otra que simplemente utiliza sus conocimientos para ayudar a los demás y saciar su inofensiva curiosidad.
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